Saltar al contenido

Anatomía de los Peces

ANATOMÍA DE LOS PECES

El cuerpo de un pez, cuyos principales atributos son las aletas, está adaptado en esencia para la vida subacuática y adopta formas extremadamente variadas. La forma de la cabeza y la del cuerpo están siempre estrechamente relacionadas con el modo de vida del animal en su biotopo natural: un pez que viva sobre —o cerca— del fondo no tendrá la misma forma que otro que se desplace en aguas abiertas o en medio de las corrientes. La forma general del cuerpo varía mucho, siendo la más habitual la alargada, fusiforme y estilizada para la na-tación, que alcanza prácticamente la perfección en los tiburones de aguas abiertas, conocidos cero pelágicos.

LA CABEZA

Más o menos voluminosa según las especies, la cabeza comprende los ojos, perfectamente adaptados a la visión subacuática, las narinas y las branquias, órganos respiratorios protegidos por los opérculos. La boca, cuya forma cambia según las especies y su modo de alimentación, lleva a veces sobre los labios una o varias barbillas, órganos sensoriales muy sensibles, que permiten a muchas especies localizar su comida.

La boca está situada en la parte anterior de la cabeza según tres posiciones tipo:

  • superior, es decir, orientada hacia arriba, en aquellos peces que se alimentan de pequeños insectos en la superficie;
  • terminal, en los depredadores en general, ya cacen en aguas al acecho;
  • inferior, es decir, orientada hacia abajo, en los peces que pasta las algas y se alimenta & organismos fondícolas.

TREINTA MIL ESPECIES DE PECES

Hay registradas unas 30.000 especies de peces siendo la de mayor tamaño el gigantesco tiburón ballena (Rhincodon typus), inofensivo mastodonte plactonófago de distribución pantropical que mide entre 12 y 17 m y pesa de 12 a 14 t. En el extremo opuesto está Pandaka pygmaea, el pez más pequeño conocido y uno de los vertebrados de menor tamaño, que vive en las aguas salobres de Filipinas y no supera 1 cm. Los peces han colonizado el conjunto de los medios acuáticos del planeta, en todas las latitudes. En la actualidad, son pocas las especies aclimatadas al acuario.

 

LAS DIFERENTES ALETAS

Casi todos los peces están provistos de seis aletas, denominadas pares e impares. Entre las primeras las pectorales, situadas más o menos sobre los flancos, corresponden a las extremidades anteriores, mientras que las pélvicas están colocadas en posición inferior, cerca de la cabeza. A estas aletas pares se suman las impares, como la(s) dorsal(es), la anal y la caudal, que desempeña el papel de timón. Entre los poecílidos, la aleta anal del macho está modificada en un órgano copulatorio, el gonopodio.

LA COLORACIÓN

Muy variable de una especie a otra ,también llega a cambiar mucho entre los individuos de una misma especie. Puede modificarse en el transcurso de la jornada en función de las circunstancias y los <<estados de ánimo>> del pez: camuflaje, intimidación, agresión, reproducción o estrés. Los colores por lo general son más vivos en el macho que en la hembra y diferentes entre un individuo juvenil y un ejemplar adulto.

 

LA VEJIGA NATATORIA .

La mayoría de las especies poseen una pequeña bolsa llena de gas, llamada vejiga natatoria, a veces unida al intestino y otras aislada. Este órgano juega un papel hidrostático e impide que el pez se hunda. Más que las aletas es esta bolsa la que permite al pez estabilizarse entre dos aguas. Es el mismo sistema que se utiliza para bucear: se infla más o menos el chaleco estabilizador en función de la profundidad.

LA RESPIRACIÓN

El agua penetra por la boca del pez, atraviesa las branquias y después es expulsada por los movimientos regulares del opérculo Las branquias son órganos muy irrigados por la sangre, de ahí su intenso color rojo. Las branquias, el oxígeno disuelto pasa a la sangre a través de una fina membrana, mientras que el anhídrido carbónico sigue el camino inverso. Las branquias son bañadas continuamente por el agua y, con escasas excepciones, los peces fuera de su medio acuático mueren rápidamente por asfixia.

COMPORTAMIENTO

LOS SENTIDOS

Hasta el momento, hemos hablado de las necesidades de un único pez, pero los acuariófilos crían generalmente varios. Habrá que considerar el hábitat y las características de todos los peces elegidos, al tiempo que —y a veces lo primero de todo— el hecho de que deberán vivir juntos.

  • La vista está en general muy desarrollada; los ojos están situados lateralmente y carecen de párpados. Esta disposición permite un campo de visión que puede llegar a 300°.
  • El olfato es importante y, con excepción de las lampreas, todos los peces poseen uno o dos pares de narinas que les permiten detectar a sus presas.
  • El gusto está muy desarrollado, motivo por el que es importante ofrecerles una gran diversidad de alimentos
  • También disponen de órganos táctiles representados por las aletas pectorales, modificadas en finos filamentos muy sensibles al contacto, y por las barbillas situadas alrededor de la boca, que en realidad cumplen dos funciones: una gustativa y otra táctil.
  • Estrictamente hablando, la audición no existe en los peces. Este sentido es reemplazado por la Percepción de las vibraciones. A este efecto, la mayoría de las especies poseen una raya longitudinal, llamada línea lateral, situada a cada lado del cuerpo y muy visible (peces rojos) o a veces disimulada. Esta línea, que está constituida por pequeños orificios, se comunica con un canal situado bajo la piel y bordeado de células sensoriales conectadas con el sistema nervioso, que registran la menor variación en la presión del agua. Por eso no hay que golpear jamás un cristal de acuario, ya que la onda de un de choque que se produce la perciben de inmediato los peces, causándoles un estrés tan inútil corno desagradable.
  • Las escamas están colocadas en sentido oblicuo sobre la piel del pez, recubierta a su vez de una mucosidad, en ocasiones abundante. El conjunto protege al animal y evita que penetren los organismos responsables de enfermedades. Por lo tanto, habrá que manipular con precaución o al pez, nunca directamente con las manos, para conservar esa protección.