El mito de los caracoles plaga: La hora de la verdad
La polémica de los caracoles es uno de los temas más curiosos e incómodos de nuestra vida en la acuariofilia. Es imposible olvidar el momento en el que encontramos pequeños puntos negros recorriendo cada centímetro de las paredes del acuario.
Generalmente, dentro de este hobby, la aparición de los caracoles son verdaderos malos augurios, pero no tiene por qué ser así. Hay que dejar de temerlos. Debemos aprovecharlos como una ayuda en torno a la salud de nuestros acuarios.
Una tropa de ayudantes
Los caracoles son elementos que debes trabajar a tu favor, pues corresponden a bioindicadores que hay que interpretar con sabiduría para mantener la salud del acuario. Estos pequeños animales no nacen de la nada. Por lo general, los introducimos con los elementos que instalamos en el acuario. Pueden venir adheridos en plantas, troncos y decoración.
La proliferación descontrolada de los caracoles se origina por una inestabilidad en los parámetros del agua. Es en este aspecto donde debemos sacar ventajas de ellos. El exceso de materia orgánica, generalmente por sobrante de alimentación, permite las condiciones idóneas para el crecimiento de la población. Debemos prestar atención a este indicador, pues es señal estricta de que debemos reducir el alimento, que genera picos de fosfatos e incluso de calcio en algunos casos.
¿Cómo eliminar caracoles de forma saludable para el acuario?
En el caso de que tengas la paciencia suficiente, evita comprar un anti-caracoles porque puede dañar la micro-fauna del acuario, aunque es una buena opción para casos extremos. Se pueden utilizar trampas, o incluso dejar por la noche una pieza de materia vegetal para atraer a los caracoles. Al día siguiente por la mañana, la retiraremos fácilmente con los moluscos aún comiendo. Se puede repetir este proceso cuantas veces estimes necesario, pero cuidando dejar una pequeña colonia, pues como hemos aprendido a lo largo de este artículo: los caracoles son un importe elemento en nuestro acuario.