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Como hacer que el perro deje de ladrar

Depende del temperamento y costumbres de nuestro perro, puede que sea más frecuente oírle ladrar. Por supuesto que la raza también influye en ello: hay algunas que son más territoriales que otras, más dominantes, o con peor carácter en general. Aunque no todo tiene que ver con eso, puede que nuestro perro haya tenido un buen adiestramiento aun siendo una raza más “problemática” y no necesitemos de collares antiladridos para enseñarle cuándo no tiene que hacer uso de voz.

Los collares antiladridos tienen que ser la última opción a la hora de adiestrar a nuestro chucho. Es preferible que antes de recurrir a esta opción, se hayan intentado otros métodos más benevolentes, aunque, como siempre, el dueño es el primer y último responsable de cómo educar a su mascota.

En el mercado se pueden encontrar varios tipos de collares antiladridos, que se basan en distintos métodos o estrategias para calmar las ansias irrefrenables de nuestros amigos por hacerse oir: vía olfativa, por ultrasonidos, a través de vibraciones o de impulsos eléctricos.

Collar de citronela

Es uno de los más aceptados por la comunidad puesto que son los menos agresivos con el perro y también de los más eficaces. El dispositivo que lleva adherido al collar, rociará un chorro de spray de citronela u otra sustancia cítrica, muy desagradables para el sensible olfato perruno. Este componente no es para nada nocivo ni peligroso para los perros ni para las personas, por lo que sería el collar antiladridos perfecto.

Collar de vibraciones

Como perfectamente se intuye de su nombre, este dispositivo comenzará a vibrar cuando nuestro perro empiece a ladrar. Esta vibración le resultará incómoda y extraña, por lo que cesará el ladrido. Su efectividad depende mucho del tipo de perro. Si tiene la piel más gruesa la vibración tendrá menos repercusión, y viceversa.

Collar de ultrasonidos

Emitirá un sonido a muy baja frecuencia, perceptible únicamente por el oído perruno (y otros animales, claro). Este tipo de sonidos son muy desagradables para ellos, puesto que les son incómodos. Personalmente tampoco me gusta esta opción, aunque esté bastante extendida.

Collar de impulsos eléctricos

Es la opción más “agresiva” de las tres que se presentan. El collar producirá una pequeña descarga eléctrica sobre el cuello de nuestro amigo, haciendo que el ladrido sea muy contraproducente para él. Esta descarga no tiene por qué ser perjudicial para ellos, pero por muy pequeña que sea, a nadie le gusta que le incordien con electricidad. A mi gusto, no es una opción nada recomendable.

¿Son siempre efectivos?

Pese a que pueda existir la imagen de que cuanto más “agresivo” sea el método a utilizar mejores resultados se obtendrán, no tiene por qué ser cierto. Hay que pensar también que el empleo de estas herramientas puede ocasionar un efecto rebote, sobre todo con las tres últimas. Los perros son animales muy inteligentes y sabrán cuándo no llevan el collar, momento que pueden utilizar para liberar toda su energía ladradora.

Por ello, lo más aconsejable es intentar primeramente técnicas de adiestramiento más naturales, y si éstas no funcionan, el collar de citronela. Recordemos que para nuestro perro un olor desagradable no será un efecto extraño como pueden ser las vibraciones, descargas eléctricas o ultrasonidos. Y como ocurre siempre con estas cosas: preguntad primero a un experto adiestrador o a vuestro veterinario de confianza antes de decantaros por una opción u otra. Lo importante es que nuestra mascota esté cómoda y feliz, por encima de nosotros.

Y tu perro… ¿ladra o no?