Saltar al contenido

El perro es el mejor amigo del hombre

La historia

Muchas veces habremos oído esta frase pero poca gente conoce realmente de dónde viene. El origen de esta frase se remonta a un juicio celebrado en los Estados Unidos en el año 1869.

El abogado George Graham Vest fue contratado por Burden para su defensa. Días antes, Burden, había encontrado a su perro muerto. Un precioso galgo de caza. Había sido tiroteado a sangre fría. El dueño del perro no dudó ni un segundo y culpó a su vecino. Éste le había amenazado varias veces con matar a su compañero tras ver ovejas suyas muertas por el ataque de lobos y perros salvajes.

Ante esté vil ataque contra su perro, Burden prometió hacerle justicia, y así lo hizo. George tenía fe ciega en ganar el juicio y declaró que si esto no sucedía, se disculparía personalmente con cada perro de Missouri.

Toda la defensa que había preparado el abogado a favor de su defendido no se basaba en los testimonios de los vecinos, sino de un discurso sobre el perro. Es de este alegato de donde se extrae la famosa y justa frase «el perro es el mejor amigo del hombre«.

El discurso

«Caballeros del jurado:

El mejor amigo que un hombre pueda tener, podrá volverse en su contra y convertirse en su enemigo. Su propio hijo o hija, a quienes crió con amor y atenciones infinitas, pueden demostrarle ingratitud. Aquellos que están más cerca de nuestro corazón, aquellos a quienes confiamos nuestra felicidad y buen nombre, pueden convertirse en traidores.

El dinero que un hombre pueda tener también podrá perderlo, se volará en el momento que más lo necesite.

La reputación de un hombre quedará sacrificada por un momento de locura o debilidad.

Las personas están dispuestas a caer de rodillas para honrar nuestros éxitos, serán los que arrojen la primera piedra, cuando el fracaso coloque nubes sobre nuestro porvenir.

El único, absoluto y mejor amigo que tiene el hombre en este mundo egoísta, el único que no lo va a traicionar o negar, es su perro.

Caballeros del jurado, el perro de un hombre está a su lado en la prosperidad y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad. Dormirá en el frío piso donde sopla el viento y cae la nieve, sólo para estar junto a su amo.

Besará la mano que no tenga comida para ofrecerle, lamerá las heridas y amarguras que produce el enfrentamiento con el áspero mundo.

Si la desgracia deja a su amo sin hogar y amigos, el confiado perro sólo pide el privilegio de acompañar a su amo para defenderle contra todos sus enemigos.

Y cuando llega el último acto y la muerte hace su aparición y el cuerpo es enterrado en la fría tierra, no importa que todos los amigos hayan partido. Allí, junto a la tumba, se quedará el noble animal, su cabeza entre sus patas, los ojos tristes pero abiertos y alertas, noble y sincero, más allá de la muerte.»

La reacción del jurado

La respuesta del jurado fue asombrosa. Todos quedaron boquiabiertos. El vecino, Leónidas Hornsby fue condenado a pagar una indemnización de 450$ a Burden. Además, se consiguió la creación de una estatua del perro frente a la Corte de Warrensburg (Missouri). Éste fue sin duda un juicio que se quedó grabado en la historia de la humanidad.